El


Conozco tu silencio que observa sin descanso y sin aviso, las aguas que recorren tu cuerpo, el gesto intenso previo a tu despertar humano: la fragilidad. He visto tu sagacidad al robarme un beso y la capacidad de guardarte huyendo de mí. He visto la felicidad de tus ojos; muy pocas veces tu enojo que tanto intente explorar. No se si te vi por completo o de cerca tu razón y de lejos tu sentir; sé que te viví poco a poco para sentirte siempre.

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