Hombre

Te vas a las montañas y a las dunas a sentirte dueño y fuerte, a igualarte con el gigante que en la fabula codicia lo efímero y fugaz: lo inexistente. Después, decepcionado de la fragilidad de tu solo lado, tu izquierdo; vuelves a buscar animo y consuelo entre las tierras que tantas veces te ven pasar.

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