Haciendo tierra

Al filo de las calles no ha quedado más tierra que la del paso que arrastra un campo etéreo, casi insospechado. Apenas distingo que los vientos cargan consigo el peso de un día que se va, tan lejos como el viento mismo. Las escenas se detienen mientras pregunto dónde estas. ¿A caso te haz rendido a las cunas musicales de la voz que te llama? ¿Dónde se pierde el sonido que te jala? ¿Dónde se encuentra?

El remedio de tanta pregunta vacila en proveer razones. No hay nada que esperar envuelta de silencio. A este camino de asfalto le hace falta un poco de campo y para hacer tierra hay que caminar.

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