Dibujos de la infancia

En la cúspide de la infancia los días nuevos estuvieron siempre llenos, nunca cansados; corriendo entre y fuera de las líneas, por las curvas de un dibujo en un papel, coloreanban lo que lleno llenaba de vida. La hoja puesta en los suelos del instante nunca se quedó vacía, apenas existía un garabato de llanto  y un color risueño le sucedía.

Hoy ya no resuenan sobre los sueños del instante el furor de los colores. Con el tiempo, las memorias se desgastan en un abrir de los días que llegan siempre cargados, siempre cansados de miedo, acumulándose en tiempo lineales de su formalidad, haciendo de la vida un papel en blanco acumulado en u rincón.

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