Es tiempo de partir.



Es momento de marchar.
Los ecos del amor que tuvimos son cada vez más frágiles y lejanos,
apenas alcanzo a distinguir que decían: “estoy contigo porque te amo”. 
Es tiempo de partir.
Sobre las piedras quedan dibujadas historias nunca contadas,escritas por el deseo de un amor inexistente.
Muchas canciones se las lleva el agua.
Los sonidos acuosos siguen su rumbo, es probable que en otro momento del camino 
los sonidos tomen nuevamente transparencia para volver a cantar una canción a las humedades: al sudor, al llanto, al cuerpo.  

Al fondo del barranco hay una luz que abrillanta las telas de las arañas. 
Frágiles caminos arácnidos muestran la fortaleza que logra la naturaleza cuando quiere vivir.
Así, de hilo en hilo, entretejo las imágenes naturales en una manta cálida de mil colores
que secará la sal de los ojos para mojarme otra vez en la miel del río.

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