Diálogo: Dos lados del mismo lado de la tortilla.


  

Cuando estas sola, sencilla
naces en el manantial de mis ojos

—Este lugar está lleno de objetos pertenecientes a otras épocas.
—Ahí no existo.
—El oso no hace un espacio en su cueva si no se lo pido.
—El oso es grande y tiene muchas pertenencias.
—Llegué como quien pide posada cargando apenas con alguna ropa vieja y regalada.
—Me gusta la tela usada, con tejidos vividos.
—En este lugar tengo amor y rechazo.
—Soy amable y odiosa.
—Aquí nada me pertenece, ni las posesiones con las que llegué desgastadas con las horas y las lavadas.
—La propiedad era una carga para echarse a la espalda, pero ahora soy fuerte, ya no pesa.
—Aquí encuentro una prenda u otra, recordatorio de que nadie me esperaba.
—Me gustan las sorpresas.
—Nadie se esmera por hacer conmigo un hogar.
—El hogar está en mi cabeza, sé habitar cualquier lugar.
—Sola  y como puedo remuevo con valentía las cosas del pasado.
—Sólo por hacer más espacio en el presente.
—A veces cierro los ojos para mover algo.
—Hay arañas invisibles.
—Cuando me siento sola me abrazan sin decir: estamos juntos, estoy contigo.
—En la soledad me vuelvo a encontrar.
—Esto me recuerda mi llegada improvisada.
—Así el amor se revela con facilidad.
—Nadie aguardaba un rincón en los sueños de su alma.
—En mi alma caben las ensoñaciones de todas las materias. Mi alma es amplia.
—Aquí no hay lugar para la locura.
—Encuentro un lugar suficiente para externder la gracia.

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