La enfermedad y el presente. Una charla en la facultad de medicina…



Que difícil estar en un presente que siempre, siempre se está yendo.
Se puede reposar en el pasado inmóvil o en el futuro inexistente inventado al antojo de nuestras querencias y temores. Pero el presente no es “el aquí ni el ahora”, es caminar sin detenerse, es tejer aunque se enrede, es crear aunque se muera, es continuar aunque se acabe,  es la duración bersoniana: la transición constante.
La constancia del cambio que no espera.
El presente no es cuna para la depresión, es decir, para la cobardía de realizar nuestro deseo, para la pereza de existir desenvueltos con nuestros reflejos. El presente tampoco es cuna del síntoma, es decir, de la necia atadura a nuestra inconformidad, a nuestra renuncia y a nuestros miedos. El presente es el juego para la existencia ligera que se mueve sin detenimiento.  
-       Doctor, ¿cómo puedo curar la necedad?,  ¿cómo puedo curar la tristeza?, ¿cómo puedo renunciar al síntoma de la enfermedad?
-       Le recomiendo caminar con el presente, vivir sin el analgésico de la sobrevivencia.

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