Mas tu, tu vas a tu estación
El placer y yo estamos
juntos,
apretados en una mañana abierta,
escondidos en la poca sombra de una mañana despejada.
Aquí estamos los dos,
mordiéndonos los labios,
esperando que uno u otro atraviese las fisuras de la
realidad
para imaginarnos desnudos.
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