Bonanza



Cuando éramos felices
imaginaba  mares en el alma,
reconstruía sueños en el alba,
conversaban juegos en la mente,
sonreía feliz por las mañanas.
Bailaba a todas horas,
lloraba a toda sombra,
cambiaba todo el día.

Creaba fragmentos filosóficos sin lógica,
viajes lingüísticos sin meta,
demencias juveniles sin malestar.

En cada caída pensaba:
un futuro me espera.
Me espera el mar.
No me quedaré quieta
en esta ciudad.

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